lunes, 28 de octubre de 2013

La seguridad y la higiene en el quirofano

La higiene hospitalaria es uno de los aspectos fundamentales para evitar contagios en los pacientes. El medio ambiente en el hospital afecta directamente a la transmisión de enfermedades, llegando a ser en muchas ocasiones causa directa de la infección de los enfermos. Dentro de la higiene hospitalaria, el quirófano es una estancia clave, así que lógicamente es imprescindible el cumplimiento de ciertas normas higiénicas. Las áreas quirúrgicas no están exentas de las llamadas ‘infecciones nosocomiales‘ o intrahospitalarias y, por ello, se debe prestar especial atención a la prevención dentro del quirófano. Ya desde el acondicionamiento, el quirófano tiene que disponer de unas barreras específicas para aislarlo del resto del hospital y del exterior. Debe estar correctamente señalizado con carteles que impidan el acceso al personal ajeno y aislado del ruido. Además, necesita de aire acondicionado y una climatización aislada del exterior. Las paredes serán lisas para que se puedan lavar y limpiar fácilmente y el suministro de agua debe ser independiente con filtros especiales. Las puertas deben permanecer cerradas y, para abrirlas, se hará de forma suave para impedir las corrientes de aire. Para evitar el crecimiento bacteriano es muy importante mantener el quirófano a una determinada temperatura ambiente, se recomienda un valor de 21ºC (-1ºC y +3ºC) y con una humedad relativa ambiental de 50% (±10%). También debe estar provisto de un sistema de presión positiva, de manera que el movimiento de aire se produzca de la zona más limpia a la menos limpia (de dentro hacia fuera).

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